Dios en el sufrimiento

Entre las objeciones que se formulan contra Dios, la pre­gun­ta por el sufrimiento siempre ocupó un lugar central. ¿Por qué ha creado Dios un mundo en el que hay dolor y su­fri­miento? ¿No podría haberlo hecho mejor? Ante la cons­ta­tación del dolor ¿es posible seguir con­si­derando a Dios omnipotente y bondadoso? ¿Por qué no interviene en el mundo o no lo hace con más fre­cuen­cia a fin de im­pedir nuestro pa­de­ci­mien­to?

Ya en la Biblia, en especial en el libro de Job, se ha plan­teado la pregunta: ¿dónde está Dios cuando hay su­fri­mien­to? Toda la tradición del pensamiento occidental se ha en­fren­tado a esa pregunta a la que se ha dado en llamar el «problema de la teodicea» y, una y otra vez, ha buscado respuestas a la misma. Armin Kreiner analiza esas respuestas y somete a com­pro­ba­ción su consistencia. Al hacerlo se pone de ma­ni­fiesto si la fe en Dios resulta sostenible frente a las críticas. En última instancia se pregunta por la fuerza de la esperanza cristiana frente al poder de las ob­jeciones a Dios.