Cabe los límites

Qué es la naturaleza resulta una pregunta ineludible para la filosofía, pues en su respuesta se juega lo que somos y nuestro lugar en el mundo. Hasta el siglo XIX existían aún las filosofías naturales y el romanticismo intentó ganar un regreso a la naturaleza en medio de las transformaciones provocadas por la revolución industrial. No obstante, terminó por volcarse, sobre todo, a ser filosofía del lenguaje, de la historia y de la cultura.

Sin embargo, en el siglo XX dicha cuestión estuvo dominada por las ciencias. Hoy día es imprescindible volver a pensar la naturaleza desde la filosofía, pero no según el modelo de las ciencias, pues no se trata de explicar el fenómeno desde lo medible y cuantificable, desde lo material, sino desde el concepto. Pero ¿Cómo filosofar lo natural sin perder la especificidad de las humanidades y sin someterse al dominio tecnocientífico? La ontología estética busca en las manifestaciones sensibles el modo de interrogar por lo natural, desde el arte y el lenguaje, desde la experiencia, desde lo concreto e inmanente, desde lo humano, la planta, lo animal y lo maquínico.